Cada vez son más las pymes que se animan a transitar el camino de la sustentabilidad sin desconfianza entendiendo que no sólo es aplicable para las grandes empresas. El gran desafío de muchas es comenzar a transitar un proceso de reporte que les permita ordenar su gestión al mismo tiempo que demuestran transparencia en su operación e identifican riesgos. Tantal, Thermodyne vial y Amic metalúrgica, son ejemplos a seguir y comprender el porqué de la necesidad de reportar.
La sustentabilidad es un requisito cada vez mayor para las empresas que no sólo está relacionado con el impacto ambiental de las acciones que realiza la compañía, sino también con las posibilidades que tiene el negocio de prevalecer en el tiempo de manera rentable. Y a la hora de hablar de las pequeñas y medianas empresas los reportes de sustentabilidad pueden ser un instrumento que las ayude a contar con fondos con intereses favorables, abrir nuevos mercados, generar lazos de confianza con su comunidad. Es decir, los reportes de sustentabilidad, son una herramienta fundamental que le brinda transparencia a la manera en la que operan al mismo tiempo que generan una vía de comunicación con todos sus stakeholders.
Si bien las PyMEs suelen estar más conectadas con la comunidad que las grandes empresas, también es una realidad que deben cuidar más sus presupuestos. Asimismo, no se trata que reporten de la misma manera que las corporaciones lo hacen, sino de invertir más en transparencia. Colectivamente las PyMEs constituyen más del 80% de las compañías en muchas partes del mundo, con lo cual tienen un impacto sustancial en la economía de sus países y regiones. Además, cada una de ellas se relaciona con clientes indirectos, proveedores y demás componentes de la cadena de suministro, por lo que la transparencia es fundamental a la hora de llevar adelante este tipo de interacciones.
En lo que respecta a la reglamentación de los reportes en Argentina, aunque hubo varios proyectos para tratar de hacerlos obligatorios, finalmente sólo quedaron sin efecto. Por otra parte, en el mundo, tampoco existe un censo oficial en reportes de sustentabilidad categorizado por tamaño o rubro de empresas, ni hay datos verificables para saber cuáles son las que reportan. “Todo sigue siendo un tema voluntario, por competitividad o convicción o porque su principal cliente le pregunta a su proveedor “qué estás haciendo”, explica Julio Sotelo, socio de AG Sustentable y acompañante de las pymes hacia una gestión de RSE en el programa VALOR+RSE de AMIA, BID y FOMIN.
Legislación en el exterior
El 1 de junio de este año entró en vigor en Noruega la regulación recientemente aprobada sobre los reportes de sustentabilidad. El gobierno noruego aprobó la ley que requiere a las grandes empresas proporcionar información sobre cómo integran la RSE en sus estrategias de negocio. Es decir, las empresas deben informar sobre su desempeño en sostenibilidad o explicar por qué no lo hacen. Otros países como Finlandia y Suecia también exigen el reporte de memorias de sostenibilidad anuales, a pesar de que su legislación se dirige a empresas de propiedad estatal.
Más allá de esto, las tendencias indican un gran crecimiento de las pequeñas y medianas empresas argentinas orientado a la gestión sustentable. “En su gran mayoría comienzan a trabajar en estos temas por ser proveedoras de las grandes empresas y sentir esa presión”, reconoce Laura Massari, directora de Comunicaciones del Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria (IARSE)
Ventajas y dificultades
Al ser gestionadas por sus propios dueños, gran parte de estas empresas trabajan en temas de gestión sustentable sin tener en cuenta que lo venían realizando pero no de una manera sistemática. Según explican los especialistas, la única manera de que comiencen a incorporar herramientas concretas es a partir de capacitaciones que orienten y ordenen su gestión.
“Las grandes empresas tienen que invertir en su cadena de valor capacitándola. Por ejemplo, tuvimos el caso de algunos directivos que no sabían ni siquiera abrir un archivo adjunto”, explica Massari dando un claro ejemplo de lo que ocurre en empresas pequeñas donde el manejo de la gestión se realiza informalmente. “Lo importante es darse cuenta de que en la mayoría de los casos, la solución se encuentra dando vuelta el modelo que venían realizando. Y la mayor ventaja radica en que su líder esté totalmente concientizado con esta nueva manera de llevar adelante su empresa”, agrega.
Un claro modelo de desarrollo sustentable son la cordobesa Tantal, primer PyME argentina que acaba de publicar su reporte de sostenibilidad bajo los lineamientos del Global Rerpoting Initiative (GRI), Thermodyne vial, Amic metalúrgica y Vizno, empresa de catering en pleno proceso de reporte, entre otras. A través de la web del IARSE, 480 PyMEs ya aplicaron los indicadores on line que provee la institución, lo que indica un alto nivel de interés en temas de gestión sustentable.
Por otra parte, una de las dificultades más comunes que presentan las pequeñas empresas, es no tener aceitado el proceso de recolección de datos dado que no está formalizado. “Este tipo de organizaciones tienen que dar un paso atrás para ir a buscar la información y medirla, en cambio, en las grandes empresas, esa información ya está medida por reportar a su casa matriz o por políticas de gestión”, señala Sotelo.
Desde el IARSE, son partidarios de que las empresas no tercericen la publicación de su reporte, sino que cada uno lo realice. “Lo importante es que puedan diseñar su equipo formado en el nuevo paradigma y de esta forma evitar los costos, muchas veces excesivos, para que las PyMEs”, enfatiza Massari.
Por su lado, en AG Sustentable asesoran y acompañan a las empresas en la elaboración de sus reportes de sustentabilidad según los lineamientos del GRI, además de ser Data Partner en Argentina para la institución. Su trabajo es informarles cuáles son las empresas que reportan a partir de sus indicadores en nuestro país. En el último año, 64 empresas publicaron sus reportes en Argentina, de las cuales, de acuerdo a lo estipulado por la CEPYME, sólo una era pyme: Thermodyne vial, que no reportó bajo los lineamientos del GRI.
Primeros pasos hacia un reporte
Para que una PyME comience a dar los primeros pasos en estos temas, lo que recomiendan como punto de salida es adherirse a los Principios del Pacto Global de las Naciones Unidas, la red más grande de Responsabilidad Social Corporativa en Argentina. Esta iniciativa cuenta con 450 empresas adheridas, de las cuales un alto porcentaje es son pequeños y medianas empresas: el 19% tiene entre 10 y 50 empleados, y el 40%, entre 50 y 250. “Las empresas deben tener un norte basado en algún lineamiento del GRI, que pueden reportar un nivel de aplicación C ó, directamente, comenzar a transitar el camino de la sustentabilidad adhiriéndose a los principios del Pacto Global para ordenarse”, sugiere Sotelo. “En este tipo de organización el foco no va a estar puesto de gobierno corporativo, sino en recursos humanos, medio ambiente, transparencia y rendición de cuentas”, agrega. Así, uno de los principales elementos que se les pide que desarrollen e implementen es un modelo de comunicación y transparencia en lo que se hace.
En el Programa VALOR+RSE, nueve grandes empresas trabajan en la gestión sustentable con su cadena de valor. Una de las PyMEs que está empezando a dar sus primeros pasos en sustentabilidad es Amic Metalúrgica, una autopartista proveedora de Toyota Argentina desde hace 18 años. Valeria Fuks, directora comercial de esta empresa familiar, tambiéndirigida por su madre y su hermana, está entusiasmada con haber comenzado a transitar el camino de la sostenibilidad, aunque no tiene la seguridad de llegar a reportar estrictamente bajo los lineamientos del GRI. Según explica, para ellos no fue un obstáculo la recopilación de la información dado que como tenían varias certificaciones en materia ambiental, casi la totalidad de los datos ya habían sido ordenados. “La tarea más ardua y costosa para nosotros fue comenzar a pensar en el largo plazo ya que una PyME como nosotros nos vemos atrapadas en el día a día del negocio”, reconoce, Fuks.
EL DATO
100 empresas publicaron al menos 1 Reporte desde 2003.
Fundamentalmente, la mayor preocupación de las pequeñas empresas radica en la definición de la misión y visión que constituye su identidad corporativa. En este camino, Amic prefirió focalizarse sobre todo en dos dimensiones de la RSE: la social, apuntando a su público interno, proveedores y clientes; y la ambiental. “A pesar de haber elegido esta forma de hacer negocios por decisión de nuestro directorio, sentimos la presión de un grande como Toyota, pero positivamente, porque sabemos que esta forma de gestión nos abre puertas al mercado y nos ayuda a escalar”, advierte la directiva de la compañía que está en plena elaboración del Código de Conducta bajo estos lineamientos.
No menos importante es el caso de Thermodyne Vial, una de las pymes integrantes del Programa Valor que publicó el primer Reporte de RSE 2010/2011, aunque éste no reporta bajo los lineamientos del GRI. Esta empresa familiar que cuenta con 33 empleados forma parte de la cadena de valor de Loma Negra, que junto con otras diez PyMES proveedoras de la comunidad de Olavarría trabajaron en un plan de mejoras diseñado a partir de los resultados de los diagnósticos elaborados por los consultores del Programa.
La pionera es cordobesa
“Estamos convencidos de que el desarrollo de nuestra empresa debe ir de la mano del desarrollo de nuestro personal, de la comunidad en la que vivimos y con el cuidado del medioambiente”, afirma Mariana Taglioretti, directora de TANTAL, la primer PyMe argentina en reportar bajo los lineamientos GRI.
Antes de la realización del reporte, la compañía tenía un gran déficit de comunicación en relación a la manera de gestionar la empresa. Asimismo, el IARSE los ayudó a ver la importancia que tiene comunicar las acciones en materia de sustentabilidad y pudieron darse cuenta que el reporte era una herramienta que les permitiría ordenar y exponer el camino que venían transitando. El gran desafío planteado a la hora de definir la estrategia fue organizar y sistematizar para poder contar cómo venían trabajando en relación a la gestión sustentable y comunicarlo a su público de interés, alcanzando un nivel B con más de 40 indicadores reportados.
A fines del 2011, TANTAL comenzó el proceso de elaboración de su primer Reporte de Sustentabilidad en el que participaron 15 empleados, facilitado por IARSE, en el marco de un proyecto que comprendió el alineamiento a la Norma ISO26.000. Asimismo, de sus distintas etapas colaboraron socios, directivos, funcionarios y empleados de todas las áreas funcionales de la empresa a los que se sumaron miembros y voluntarios de la Fundación Tantal. “El acompañamiento y apoyo del IARSE fue importantísimo para nosotros no sólo por el gran aporte de conocimientos técnicos que realizaron y las capacitaciones que brindaron, sino también por el entusiasmo y energía que nos dedicaron”, asegura Taglioretti.
Al Ciclo de Reporte, según la Guía G3.1 del (GRI), se sumó el análisis del estado de correspondencia de las prácticas de TANTAL con la Norma ISO 26.000 de Responsabilidad Social, lo que les permitió identificar los asuntos propiamente vinculados a su gestión que ya se venían desarrollando y, de esta manera, establecer cuáles serían las áreas a mejorar. Una de las debilidades más notorias que surgió fue la necesidad de profundizar la comunicación con la comunidad, que es a lo que apunta este primer reporte.
En dicho taller se identificaron y caracterizaron los principales públicos con los que se vincula la empresa, asignándoles un orden de prioridad en función de su importancia y las actividades de RSE que se desarrollan para cada uno de ellos. “Se partió del reconocimiento de la importancia de establecer una vinculación con cada uno de ellos para comprender mejor los impactos sociales y ambientales y los riesgos que puede ocasionar ignorar sus intereses”, señala la directora de la compañía que invirtió $ 45.000 en la publicación de su primer reporte.
A la hora de ponerse a trabajar en el proceso de reporte, el grado de involucramiento del personal que se pudo lograr por el tamaño de la empresa fue claramente una ventaja. Por otro lado, al no haber áreas específicas ni personas con dedicación full time para hacerlo, el esfuerzo fue mucho mayor. “Al terminar el reporte nos sentimos embargados por dos sensaciones contrapuestas- admite Taglioretti-. Por un lado, nos damos cuenta de todo lo que falta por hacer, pero también, nos sorprendimos de haber realizado un buen análisis de los riesgos en materia de sustentabilidad y definir las estrategias para minimizarlos”.