Lograr la sostenibilidad se ha tornado un verdadero desafío para las empresas en el siglo XXI. Que finalmente la logren dependerá de cómo gestionan el riesgo en su estrategia de sustentabilidad. En Argentina hay un largo camino por recorrer.
Las empresas están enfrentando continuamente escenarios variables, por lo que su estrategia de permanencia y crecimiento requiere ser desarrollada en torno a la sustentabilidad de sus negocios. Dado lo anterior, los temas sociales, económicos y ambientales están jugando un papel fundamental en la determinación de las opciones estratégicas de crecimiento, de decisiones de asignación y de aumento de capital.
Los intereses de las empresas sobre los riesgos operativos y financieros son cada día más tangibles. El acceso a los mercados emergentes, los principales insumos de materias primas, los permisos o licencias de operación, y los préstamos de capital, están siendo influenciados por el desempeño ambiental y social.
En los últimos años, se ha presentado un progresivo aumento en la incorporación de nuevas variables sustentables a las decisiones estratégicas, entre otras razones, debido a: las tendencias globales asociadas al crecimiento de la población y el consumo, los mercados emergentes y los requerimientos de desarrollo de infraestructura; el reconocimiento de las limitaciones de los recursos naturales, que están impulsando desequilibrios entre la oferta y la demanda: energía, agua y productos agrícolas básicos; el aumento de las regulaciones: nuevas normativas, las estrictas condiciones para la concesión de permisos, el aumento de fiscalización y los impuestos; los eventos catastróficos sin precedentes que resultan en daños ambientales y económicos, y por último pero no menos importante, la crisis financiera y económica y su implicancia en los Gobiernos Corporativos, reguladores ambientales y financieros, sociedad civil, grupos de inversores, accionistas, entre otros.
Muchos de los elementos mencionados anteriormente conducen a riesgos para la sustentabilidad de las empresas en materia de seguridad, salud, medio ambiente y comunidad. Con lo cual, se está dando una tendencia de las compañías en revisar su estrategia con el fin de gestionar los riesgos y oportunidades. Ahora, ¿Cómo se logra gestionar la sustentabilidad desde el punto de vista del riesgo? “El análisis de riesgo en temas de sustentabilidad tiene que ver con la manera que se analiza, de la forma más anticipada posible, dónde se va a encontrar un escoyo en la estrategia que voy a desarrollar y, una vez que se lo tiene identificado, poder determinar cómo se lo va a abordar -explica María José Alzari, coordinadora Legal del Consejo de Empresas por el Desarrollo Sostenible (CEADS)-. Y en caso de que ese riesgo no se pueda solucionar, se debe tomar la decisión de asumirlo. Con lo cual, su impacto será mucho menor”.
Un largo camino recorrido
Las compañías inteligentes frente al riesgo son empresas que han logrado un estado de capacidades avanzadas de gestión, y existen una serie de características que definen a esas organizaciones. La principal es que desarrollan una visión de largo espectro, al evaluar y gestionar de manera efectiva a través de divisiones, departamentos, compañías y geografías. A su vez, hablan un idioma común al desarrollar una terminología específica y adaptar mediciones comunes para que el riesgo se pueda medir de manera comparable. Otra de las características que mencionan los especialistas es que evalúan el impacto dado que planificar un número para todos los riesgos es impráctico, con lo cual se focalizan en impactos limitados. Asimismo, consideran la interacción de riesgo al adoptar un enfoque que no sólo los toma como eventos individuales sino también colectivos. Por último, consideran la gestión del riesgo como una responsabilidad de toda la empresa, de las operaciones diarias y de la rutina de la gente.7%.
Si bien en la teoría parece sencillo en la práctica no lo es dada la visión tradicional que se tiene en un gran número de empresas argentinas donde las distintas áreas actúan de manera desconectadas. “Ven a la compañía como un conjunto de silos desconectados entre sí –opina Alfredo Pagano, socio de Deloitte Latinoamérica-, lo cual no es inteligente, primero, porque cada uno ve su problema, y segundo porque tienen una visión sesgada de su realidad”. Por este motivo, desde la consultora plantean romper con esta visión y comenzar a verla como un todo y en perspectiva. “Cuando dejas en evidencia esto y logras que la vean globalmente lo primero que surge es, por un lado, los riesgos que enfrenta la compañía, y, por otro, que hay esfuerzos duplicados, que en la medida que lo puedan modificar, comienzan a generar eficacias”.
Si bien no existe una metodología universal que se pueda aplicar a toda la industria, Deloitte cuenta con una herramienta al que denominó “Risk Intelligente Map”. Según explican desde la consultora esta metodología permite trabajar sobre la base de workjob multidiciplinarios, encuestas, entrevistas individuales, entre otras acciones, en las cuales se dialoga sobre los riesgos que enfrenta la empresa en general. Con esta información se elabora un ranking y se comienza a trabajar en aquellos que la organización percibe como los riesgos potenciales más importantes.
Se puede decir que muchas características distinguen a la empresa frente al riesgo (véase Un largo recorrido). Sin embargo, y todos coinciden en esto, hay una característica que amerita mayor énfasis: la toma de riesgo para obtener beneficios. “En nuestra opinión –asegura Pagano-las compañías que se centran sólo en evitarlos pueden sobrevivir, pero rara vez prosperan”. Por eso, asegura que un enfoque inteligente puede brindar beneficios que van más allá del “sentirse bien”, o como detalla Alzagi “aquellas que tengan un enfoque proactivo hacia la sustentabilidad no verán sólo el peligro sino también la oportunidad a futuro”. Y para comenzar a trabajar en esta línea deben preguntarse ¿Por qué quiero ser conocido? ¿Cuáles son las fortalezas de mi compañía? ¿Cuál es la visión a largo plazo? ¿Cuáles son las estrategias claves de crecimiento? ¿Cómo mantengo un diálogo con mis grupos de interés?
Conocer el conjunto
Conocida por su experiencia en logística y un enfoque casi militar hacia la optimización, United Parcel Service (UPS) realiza inversiones en investigación sobre lo que ellos denominan “tecnologías de flujo de paquetes”. Con este objetivo diseñaron un softwear que les permite establecer cuál es el camino más óptimo entre el punto A y el punto B. A su vez, promueven, para el manejo de paquetes en tierra, evitar doblar a la izquierda cada vez que sea posible dado que, aseguran en la compañía, que cada vez que no se dobla a la derecha se desperdicia tiempo y combustible por el tiempo de marcha en vacio y contribuye a una mayor incidencia de accidentes.
Este planteamiento, junto a otras optimizaciones llevó a que la compañía ahorre casi 58 millones de kilómetros en las rutas de reparto en el año 2013, lo que significó un ahorro de 13,1 millones de litros de combustible, reduciendo las emisiones en casi 42.000 toneladas métricas de CO².
Asimismo, para ambos especialistas no es sencillo plantear el tema de la gestión de riesgo ya que falta dentro de las empresas una estrategia transversal de la temática de la sustentabilidad. Según explican, en general el profesional que maneja el área de Responsabilidad Social ejecuta programas al mismo tiempo que se relaciona con la comunidad. Sin embargo, no cuenta con el know-how de gestionar riesgos ya que tiene otro perfil.
Sin duda la sustentabilidad implica una visión de largo plazo, una visión que tiene que estar dentro de la estrategia de la empresa, pero no desde lo discursivo, sino desde la práctica. Y si bien enfatizan que en una muy buena estrategia los resultados se verán a largo plazo, en caso de que la misma no haya sido acompañada por un análisis de riego los problemas los tendrán casi de inmediato. “Es fundamental que en los primeros momentos puedan identificar dónde va a estar el riesgo, dónde surgen los problemas, cuál es el mejor actor con quien se pude gestionar esa nueva estrategia en una forma coordinada”, detalla Alzari. Asimismo, aconseja que lo ideal será contar con un grupo u órgano interdisciplinario ya que muchas veces sucede que las áreas duras de las compañías, que sí cuentan con análisis de riesgos puntuales, son muy estrictas. “Consideran que todo les implica un riesgo, entonces se genera la inacción”. Asimismo, ambos especialistas coinciden en que en la actualidad se cuenta con un número importante de herramientas para abordar la temática de la sustentabilidad y que van desde la ISO 26.000 hasta la última versión del Global Reporting Initiative con su G4. “GRI te permite una gestión de riego, ahora si sólo se implementa para medir programas ese es otro tema”, enfatiza Pagano. “Ahora, cuidado con considerar que realizar acciones relacionadas con la sustentabilidad es riesgosa, porque no es así”, sentencia Alzagi y agrega: “Lo que si implica es un cambio, implica una acción, implica saber con qué actores te vas a relacionar. Con lo cual si se hace este tipo de análisis previo vas a poder modificar tu estrategia y tener en el corto plazo resultados más beneficiosos”.