Trabajar con comunidades marginadas o pobres representa la siguiente frontera de innovación empresarial: algunos sabrán hacerlo y serán muy exitosos. Sin embargo, para los que se queden atrás será una más de las muchas condiciones necesarias para operar en mercados globalizados. ¿Cómo logramos resolver las fallas del mercado a gran escala?
Daniel Gonzalez*
Con base en uno o varios Negocios Inclusivos (NI) exitosos, es posible desarrollar modelos de negocio que tienen la capacidad de transformar mercados o generarlos, en lo que algunos llaman Mercados Inclusivos. A partir de un NI exitoso es posible diseñar un modelo de negocio. Con base en el modelo de negocio es posible invitar a los actores de la cadena, incluyendo por supuesto a las comunidades de bajos ingresos, para refinar y explorar posibilidades de implementarlo. A partir del refinamiento del modelo de negocio, de políticas públicas para respaldarlo y de su difusión amplia y generosa, es posible que muchas empresas lo interpreten a su forma, desarrollando alianzas con los que diseñaron el modelo o con otros actores para llevarlo a cabo.
Esos modelos de negocio refinados colectivamente se pueden implementar en diferentes ciudades, por diferentes empresas, con diferentes ventajas competitivas. Cuando esto sucede emerge un Mercado Inclusivo. Pero, ¿por qué es necesario desarrollar nuevos mercados en energía, educación, salud, vivienda, gestión de residuos, servicios ambientales y otros que son tan necesarios para el Desarrollo Sostenible? ¿No se supone que la mano invisible los genera sin intervención de los humanos? Puede que se exagere un poco con este lenguaje, sin embargo, es importante para reflexionar sobre la falla del mercado que resuelven los NI.
Mucho se habla de Keynes por estos días de crisis financiera. Se regula, se gasta el presupuesto público; ¿Por qué y Cómo? Independientemente de la escuela económica de la que provenga el lector, generalmente se acepta que el Estado regule un mercado para atender una falla en el mismo. La forma cotidiana en que se puede describir es que “la mano invisible” no está funcionando muy bien y es necesario “meterle la mano”. Entonces, desde el concepto de Negocios Inclusivos que se construye en esta publicación, ¿Qué falla del mercado se necesita resolver para que los NI sean la norma y no la excepción en América Latina?
Lo primero a resaltar es que los NI no son emprendimientos aislados de su entorno. Para reflejar la dinámica compleja de estas empresas y la necesidad del trabajo colaborativo e intersectorial para desarrollarlos hablamos de “Ecosistemas”. Pero, ¿Por qué se necesita tanto apoyo y un entramado tan diverso y dinámico para los NI?, y por otro lado, ¿Cómo prosperan los más tradicionales en el modelo de la era industrial de comando y control?
…“¿Cómo se logra resolver la falla del mercado a gran escala? Una forma sería sistematizar y promover la construcción de Ecosistemas de NI (…). Si bien este ha sido el enfoque de la mayoría de las organizaciones que promueven el desarrollo, se sabe que no ha sido suficiente para cerrar la brecha de inequidad presente en América Latina”…
Una de las hipótesis es que para los NI “la mano invisible no funciona” y es necesario crear sistemas que complementen o reemplacen lo que en la regulación, los mercados y el paradigma vigente no está permitiendo. Si se reconoce que, por un lado, existe una falla general del mercado que evita que los más vulnerables accedan a su ciudadanía económica y a los beneficios de los mercados globalizados; que por otro, los NI exitosos han logrado su nivel de desempeño porque encontraron una forma de resolver la falla del mercado construyendo un Ecosistema de mercado e inclusión social; y por último, se debe reconocer también que es necesario “meterle la mano” al orden económico vigente para resolver la falla del mercado.
¿Sin salida?
Sin embargo, la pregunta que surge es ¿Cómo se logra resolver la falla del mercado a gran escala? Una forma sería sistematizar y promover la construcción de Ecosistemas de NI para que cada uno de los emprendimientos que buscan mejorar la calidad de vida y del ambiente, usando las fuerzas del mercado, resuelvan la falla para su caso en particular.
Si bien este ha sido el enfoque de la mayoría de las organizaciones que promueven el desarrollo, se sabe que no ha sido suficiente para cerrar la brecha de inequidad presente en América Latina, ya que caso por caso es muy demorado y costoso. Además, parece que promover el efecto demostrativo de los casos de éxito no ha sido suficiente.
Otra forma de resolver de fondo estas fallas de mercado está relacionada con la posibilidad de crear marcos regulatorios que hagan de los Negocios Inclusivos un estándar en nuestra región. Teniendo en cuenta la diversidad y complejidad de cada mercado, país, cultura, y otras variables, la pregunta que surge es ¿Si es posible hacer una regulación marco que se pueda adaptar fácilmente a cada contexto particular? Ignacy Sachs cree que sí. Este importante pensador polaco-franco-brasilero habla desde el concepto de Economía Política y ofrece algunas ideas interesantes sobre la regulación económica que necesita nuestro planeta, tales como:
Desburocratizar el proceso de entrada en la economía formal.
Aplicar un tratamiento “desigual a los desiguales”, es decir que las personas vulnerables que no se están beneficiando del mercado deben tener un tratamiento fiscal diferente con cuotas más bajas y procedimientos más fáciles de cumplir.
Cerrar la brecha digital y brindar acceso a la tecnología y a asistencia técnica.
Facilitar el acceso al crédito – más allá del micro-crédito y del crédito tradicional que sólo llega a los muy pequeños o a los muy grandes.
Facilitar acceso al mercado con incentivos para fomentar la oferta y la demanda. Un ejemplo real sería solicitar a los organismos públicos realizar al menos un 20 por ciento de sus compras a pequeñas empresas.
Incentivar el emprendimiento colectivo, o también llamada economía social o solidaria, más allá de las leyes, para crear cooperativas y para gobernar el trabajo asociado. Esto requiere plataformas de apoyo empresarial que no estén limitadas a personas que trabajan en el mismo ramo, como por ejemplo, comerciantes de una zona de la ciudad, productores que comparten canales de abastecimiento y/o distribución, entre otros.
Estas son algunas de las ideas que en sí mismas representan una oportunidad de negocio para los sectores público, empresarial y social. No es difícil demostrar el potencial de negocio que representa cerrar la brecha digital, ofrecer servicios financieros para los más pobres, generar incentivos de mercado, generar nuevas estructuras empresariales, etc.
Lamentablemente, existen pocas entidades que hayan entendido el reto regulatorio -falla del mercado- tan bien como FUNDES. A través de programas de simplificación de trámites para la creación y liquidación de empresas, de impulso a negocios basados en tecnologías de información, formación a empresarios y asistencia técnica, creación y fortalecimiento de cooperativas y como garante de fondos de microcrédito, FUNDES ha marcado la pauta en América Latina desde hace más de 25 años.
Sin embargo, ese camino no sólo es largo y difícil, sino que requiere de la coordinación de más tomadores de decisión de la región de los diferentes sectores para que los casos de éxito de FUNDES en algunos países se conviertan en la norma para la región. Así mismo, se requieren que muchas otras organizaciones se coordinen entre ellas y sumen esfuerzos para promover políticas públicas e incentivos para el desarrollo de Mercados Inclusivos. Quizás, sólo quizás, una plataforma virtual y presencial podría movilizar el movimiento Latinoamericano de Negocios Inclusivos para avanzar en el desarrollo de estas políticas. La pregunta que resta es ¿cuándo sucederá?
*Director de la Estrategia Internacional de Fundación AVINAcon 13 años de experiencia en mercados inclusivos. Asimismo, participa del equipo de Relaciones Globales que desarrolla alianzas entre AVINA y otras organizaciones de alcance global o más allá de América Latina.