el negocio del PET reciclado no es rentable en nuestro país dada la baja producción que se tiene. Al mismo tiempo, asegura que la única solución viable a la problemática que vivimos es la sanción y reglamentación de una Ley Nacional de Envases que otorgue premios y castigos. “Es absolutamente necesario que se legisle de manera que el uso de materiales reciclables en los envases, esté incentivado. De esa manera, se consigue un círculo virtuoso donde los envasadores tienen un menor costo de sus envases, cuanto más reciclado usan, beneficiándonos todos al usar menos cantidad de materiales no renovables”, sentencia el representante de esta compañía que invirtió U$ 27.000.000 en su planta donde produce 1.940 toneladas de pet, el 50 por ciento con material recuperado.
– ¿Cuándo comienzan a incorporar en la producción el concepto de la sustentabilidad?
– Cabelma tiene más de 60 años en el mercado fabricando cajas y baldes para la industria y el agro. Comenzó con madera y terminó con plásticos como materia prima. Como la industria de las bebidas necesitaba una solución para los envases PET, comenzamos no solo a elegir la tecnología más eficiente, sino a conseguir modificar el CAA, para permitir el uso de material PET reciclado para estar en contacto con alimentos. Ahí por primera vez, nos dimos cuenta de que nuestro proyecto no sólo era un negocio, sino que también tenía un fuerte compromiso sustentable.
– ¿Cuál era la realidad del mercado argentino cuando deciden incursionar en el reciclado del PET?
– El mercado de PET reciclado argentino estaba dando sus primeros pasos, a fines de los 90 con exportaciones, fundamentalmente a China, para su uso en la industria textil.
– ¿Cuál es la problemática del sector y cuál sería la estrategia para comenzar a abordarla?
– El PET es un poliéster que se usa mundialmente en un 70 % en industria textil y un 30 % en la industria de los envases. Con el tiempo fueron apareciendo algunas plantas de molido y lavado para la exportación y también se nutre el mercado interno para planchas, filamentos y zunchos.
EL DATO
12.000.000 de botellas se fabrican en Argentina. Solo se recupera el 30%.
¿Existe un precio diferencial entre el Pet reciclado y el no reciclado?
– Si bien es un negocio económico, hay que pensar varias cosas, entre ellas, que estas plantas bottle to bottle, son de mucha inversión y de un alto costo operativo. No es un negocio muy rentable en baja producción, y eso lo indica la cantidad de plantas existentes en el mundo.
La materia prima es recolectada botella por botella por recuperadores urbanos que, según el momento, las levantan o no. Para poder vender nuestro producto, su precio tiene que ser equivalente al material virgen. Hay empresas como Coca Cola y Aguas Danone de Argentina que lo usan al 20 % en sus nuevos envases. Aún vendiendo a ese precio, muchas otras todavía lo están pensando. Y no es un problema de calidad, ya que hace más de un año y medio que nuestro material está disponible.
Nuestra economía de escala no nos permite vender más barato. En el mundo, los grandes productores de materia prima lo hacen con plantas que pasan las 400, 500 y hasta 800 mil toneladas anuales. De esa manera, ellos ponen sus precios, mientras que nosotros con una producción de 11.500 toneladas anuales, debemos vender al mismo precio y con una materia prima recolectada botella por botella. No obstante, estamos en un proceso de ampliación.
– ¿Por qué es importante la ley de envases y qué debería contemplar?
– Es absolutamente necesario que se legisle de manera que el uso de materiales reciclables en los envases, esté incentivado. De esa manera, se consigue un círculo virtuoso donde los envasadores tienen un menor costo de sus envases, cuanto más reciclado usan. Así, nos beneficiamos al usar menos cantidad de materiales no renovables. Con respecto al material virgen por cada kilo de material PET reciclado, se usa un 70% menos de energía, se despiden menos gases efecto invernadero, disminuye la contaminación visual, y bajan los costos del tratamiento de los RSU, por parte del los Estados Municipales. Pero una ley de envases tendría que tener separados los distintos tipos y materiales de envases, dado que no es lo mismo PET, cartón, aluminio, poliestireno expandido, vidrio, etc. Cada recolección es diferente y el tratamiento que recibe cada envase debe ser distinto, y por supuesto, distintos los incentivos.
– En definitiva, ¿Cuál es la solución a los envases Pet?
– El tema es que los envases tienen que ser ” económicamente reciclables”, y si hay alguien que envasa con un material que se recicla pero es mucho más caro reciclarlo que hacerlo nuevo, la ley debería desalentar su uso. La solución sería: premios y castigos. Eso sirve no sólo para los envases, sino también para los productos.