Para Greg Koch, Director Senior de Manejo Global de Agua de Coca-Cola, “todos dependemos del agua. Es responsabilidad del gobierno asignar los recursos hídricos e implementar las políticas de uso sustentable. Pero para esto, es necesario trabajar con actores sociales y definir las operaciones locales y las reformas de políticas públicas. La fórmula tiene que ser sociedad civil, gobierno y empresas. El inconveniente que surge es que no es posible resolver un problema sin generar otros de otras categorías”.
¿Cómo surge el interés de Coca-Cola en el cuidado del recurso?
-El agua es el enfoque de Coca-Cola desde siempre, cuando fueron necesarios los recursos hídricos para la fábrica. Cuando yo ingresé, hace 21 años, en la mayoría de los países se realizaba un menor tratamiento de los afluentes. Por ejemplo, en Chile, tuvimos que construir nuestra propia planta de tratamiento. Esto era porque no había comprensión de los problemas del agua y no se planificaban las soluciones. Hoy evolucionamos en la eficiencia, reutilización y tratamiento.
-¿En qué consiste el tratamiento?
-A partir de los Objetivos del Milenio, se planteó el problema de abastecimiento. En Coca-Cola realizamos un análisis de riesgo para sensibilizar y educar a las personas, ya que no todos eran conscientes del impacto de nuestro negocio. Para esto, realizamos un análisis de la seguridad que incluye la probabilidad de tener un evento, la frecuencia y su consecuencia o impacto. A partir de este estudio, podemos establecer un modelo de riesgo y plantear una estrategia de negocio con mitigación del riesgo.
-¿Cómo se vio reflejado en el modelo de negocio de la industria?
-Estos informes permitieron producir un sistema de negocio sensibilizado y consciente de los riesgos. Gracias a nuestra iniciativa, se produjo una explosión y rápido crecimiento de los negocios que comprenden y analizan el riesgo en la industria de alimentos y bebidas. En los últimos diez años la empresa invirtió más de 2 mil millones de dólares en proyectos que están fuera de la planta, estableciendo alianzas con el gobierno y la sociedad civil en relación al acceso al agua potable.
-¿Forman parte de la huella hídrica?
-Nosotros ayudamos a fundar la Huella Hídrica, que consiste en un análisis de riesgo para ver en qué eslabón de la cadena de valor se usa más agua y puede haber estrés hídrico. Si lo pensamos, la agricultura es 70% agua. Las personas suelen confundirla con la huella de carbono, donde menos es mejor. Pero la utilización de agua no es negativa, sino positiva. No es la cantidad lo que importa sino el contexto y actividad determinado en el que se utiliza. Sería más conveniente pensar en la eficiencia hídrica. Reducir el riesgo es tener un sistema de tratamiento de los recursos.
Además de tener como principal recurso natural el agua, también nos preocupamos por la huella de carbono. Por eso, fabricamos y distribuimos tan cercano a la planta como sea posible. Y esto depende de cómo crece la comunidad, por sus problemas son nuestros y todos necesitamos agua. Somos una empresa local porque producimos y vendemos nuestros productos en la comunidad en la que estamos inmersos y a medida que cuidamos la comunidad cuidamos nuestro negocio.
-¿De dónde toma el agua la empresa?
-La mitad de nuestras plantas obtienen el agua del ambiente, es decir de las napas subterráneas, y la otra mitad de las redes municipales. La mayoría de los costos están dentro de nuestras plantas. Tratamos todas las aguas y hacemos testeos para mantener el estándar de sabor. Y reutilizamos el agua, no para los productos, sino para otros procesos.
-¿Cuáles son los proyectos de agua de Coca-Cola en el país?
-A nivel global, hoy tenemos proyectos en más de tres mil comunidades. Coca-Cola tiene un proyecto de agua en cada uno de los países en los que opera porque nuestro compromiso comienza en nuestras plantas, luego pasamos a las cuencas. Proteger las cuencas es nuestro sello distintivo. En Argentina, tenemos un gran proyecto de acceso a agua segura que estamos llevando a cabo junto a tres ministerios nacionales, y que primero se focaliza en las escuelas rurales y luego en las comunidades.
-¿Cuál es su visión de la disponibilidad del recurso en el mundo?
-El mundo se acaba en términos de recursos. El mayor desafío de sustentabilidad es el nexo entre la seguridad hídrica y eléctrica. El cambio climático hace que los recursos estén siendo forzados, por lo que el desafío es más urgente, impredecible y costoso.