*Por María Virginia Vilariño
El cambio climático ya está generando impactos adversos en todos los continentes. Y no cabe duda que es una de las principales amenazas para el desarrollo de los países, sobre todo los más vulnerables. La evidencia abunda. El acceso a la energía, al agua segura, la seguridad alimentaria y la salud en las sociedades de diferentes geografías del mundo se verán seriamente afectados si no actuamos rápidamente para evitar o al menos mitigar los impactos más severos del cambio climático. Los más palpables son los aumentos en los desastres relacionados con el clima (eventos extremos, inundaciones, precipitaciones y sequías), la reducción en la disponibilidad de los recursos, el daño a la infraestructura y los riesgos para la salud y la vida.
Ante la evidencia de los riesgos crecientes que plantea el cambio climático para las sociedades, las economías y los ecosistemas que las sustentan, laadaptación fue ganando espacio y relevancia en la agenda climática a nivel internacional.Tanto en el ámbito de organismos internacionales, de gobiernos nacionales y locales y de empresas, que hoy son reconocidas como un actor clave para aportar a las soluciones.
La agenda de Adaptación también cobró relevancia en la agenda pública a nivel nacional. Bajo la presidencia argentina, el G20 ha priorizado tres ejes: El futuro del trabajo, infraestructura para el desarrollo y un futuro alimentario sostenible. Las tres prioridades están atravesadas por los desafíos de un clima cambiante y sus impactos en la producción de alimentos, en la inversión y operación de infraestructura resiliente, y en la generación de capacidades para transformar nuestros sistemas productivos mientras se promueven los empleos del futuro.
Es más que razonable entonces que el G20 durante la presidencia argentina haya inaugurado este año un grupo de trabajo dedicado específicamente a la sustentabilidad climática, que es liderado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. Y Un eje temático primordial de este grupo es la adaptación al cambio climático y eventos climáticos extremos, con foco en el desarrollo de infraestructura resiliente y creación de empleo.
Como contraparte privada al G20, el sector empresario cuenta con una voz formal ante los lídere}gubernamentales a través del B20 (Business 20), también presidido este año por Argentina.El CEADS se desempeña como “concept partner” en dos grupos de trabajo:´Sistema Sustentable de Alimentos´ y ´Energía, Eficiencia de Recursos y Sustentabilidad´.
Resulta evidente que el cambio climático y la consecuente restricción en los recursos afectarán los negocios (por ejemplo en la provisión de materias primas, la disponibilidad de recursos como energía y agua, la logística, los impactos en activos físicos) Y por ello, en ambos grupos, la adaptación al cambio climático ocupa un lugar relevante en la discusión, la búsqueda de soluciones y la identificación de recomendaciones de políticas para los estados miemrbo del G20.
En el caso del grupo de ´Energía, Eficiencia de Recursos y Sustentabilidad´, sus miembros reconocen que el principal desafío es desarrollar una agenda de adaptación que incluya la planificación a largo plazo para anticipar impactos en sectores vulnerables, la inversión en infraestructura resiliente, la gestión de riesgos y la respuesta a emergencias, así como la indispensable capacidad institucional. Del mismo modo, la mitigación del cambio climático exige una acción urgente para evitar impactos aún más graves e irreversibles.
Por su parte, en el grupo ´Sistema Sustentable de Alimentos´se reconoce que los sistemas de producción de alimentos deben adaptarse a un entorno cambiante para garantizar su sostenibilidad. Bajo esquemas de producción sostenible, el sistema de alimentos desempeña un papel clave en la mitigación del cambio climático y la conservación de los recursos y la biodiversidad. Y por ello sus miembros buscan elevar recomendaciones para que los gobiernos fomenten la adopción de prácticas y tecnologías que incrementen la sostenibilidad y resiliencia de las cadenas de alimentos.
Celebramos que finalmente la adaptación se abra paso en las agendas públicas y privadas en todas las regiones. Pero si queremos evitar que el cambio climático erosione el desarrollo alcanzado por nuestras sociedades y amenace a futuro el logro de los ODS, debemos acelerar el paso y escalar las acciones individuales a través de alianzas entre todos los actores.
*Es Coordinadora del Área de Clima y Energía del CEADS