Para contener la tala en la Amazonia y estimular el papel del agricultor familiar para la conservación de la vegetación local, Natura Cosméticos desarrolló el proyecto de Pago por Servicios Ambientales (PSA), que remunera a las comunidades no sólo por la compra de insumos y distribución de beneficios, sino también por la conservación ambiental.
Mediante el pago por servicios ambientales dentro de la propia cadena de producción -práctica conocida como “Carbon Insetting”-, Natura logra relacionarse con las comunidades integrando tres frentes: compra de insumos, distribución de beneficios por el acceso al conocimiento tradicional y, desde ahora, conservación forestal. Esta estrategia amplía la histórica relación de Natura con las comunidades proveedoras de activos de la sociobiodiversidad y, sobre todo, refuerza una idea potente: es económicamente factible conciliar actividades productivas y el mantenimiento de la flora en pie -ya que cuanto menor sea la tala registrada, mayor será el retorno financiero de las comunidades por los servicios ambientales-.
La iniciativa forma parte del Programa Carbono Neutro, que desde hace más de diez años busca inventariar, reducir y compensar las emisiones de gases de efecto invernadero en toda su cadena de producción.
Carbono circular
El proyecto PSA fue realizado, inicialmente, en asociación con una cooperativa amazónica (RECA), que reúne a productores rurales de la zona y que provee de activos a la línea Ekos desde el año 2001. Está ubicada en una de las regiones brasileñas con mayor presión por desmonte, producto de la ganadería y de la explotación maderera. Por esa razón, en 2013 fue elegida para el proyecto piloto, que sólo en tres años logró proteger una superficie forestal equivalente a 190 campos de fútbol, y evitó la emisión de 104 mil toneladas de gas carbónico en la atmósfera. El pago que hizo Natura por ese servicio ambiental de conservación entre los años 2013 y 2016 superó varias veces el total que Natura invirtió en la compra de activos de la misma región.
“Los lotes y propiedades rurales que forman parte del Proyecto RECA contribuyen a la conservación forestal, consolidan la economía local y evitan la apertura de áreas de selva nativa para la explotación ganadera e industrial”, explica Keyvan Macedo, gerente de sustentabilidad de Natura. La iniciativa crea un ciclo virtuoso, porque proporciona ingresos extra para los proveedores de los ingredientes y aumenta la resiliencia de la cadena. “Tenemos como objetivo replicar el modelo en otras comunidades de la Amazonia”, complementa Keyvan.
A partir de este año, y durante los próximos 30 años, el monitoreo de las áreas y el pago se realizarán anualmente. El objetivo es que, a lo largo de ese período, la tasa de desmonte en el área caiga a cero y que pueda replicarse el mismo modelo en otras regiones de la Amazonia que viven la misma amenaza.
La metodología desarrollada en este proyecto está sistematizada y es pública. Eso significa que puede ser reproducida y aplicada por otras empresas, organizaciones y cooperativas que quieran contribuir a la conservación del medioambiente.