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Necesitamos una ley de economía circular y cambio climático

Luis Lehmann, autor del libro "Economía Circular, el cambio cultural".

(*) Por Luis Lehmann

La economía circular presenta un nuevo paradigma en la gestión de los recursos, impulsando el cambio del actual modelo agotado de economía “lineal” de producción, consumo y descarte, hacia una economía “circular”, donde los residuos de una actividad se transforman en insumos para otra.

En la Argentina polemizar si se impulsa o no a la economía circular desde los poderes del Estado, es una discusión superada por la realidad.

El camino hacia una economía más verde, sustentable, responsable con el ambiente y el consumidor, generadora de empleos y que al mismo tiempo dé ganancias, ya ha comenzado a ser recorrido. Y es irreversible.

Por sus efectos beneficiosos (entre otros, lucha contra el cambio climático, disminución de la contaminación, mejoras en la eficiencia), en el mundo muchas empresas están adoptando el modelo de la “Economía Circular”. Y también muchos Estados (supranacionales, nacionales, regionales y municipales) están acompañando su desarrollo con objetivos y programas concretos.

En relación a los residuos sólidos urbanos, en nuestro país la actual normativa (Ley 25.916 del año 2004) ya ha quedado desactualizada.

Al mismo tiempo, es necesario crear mercados, sin los cuales no se podrá mejorar la gestión, para lo cuál debe promoverse legislación para elevar los actuales estándares.

Entre las asignaturas pendientes, destacan la falta de una ley que regule el principio de “quien contamina paga”. La mayoría de los países de la región, ya cuentan con leyes que regulan la “Responsabilidad Extendida del Productor”, principio incorporado en la Ley General del Ambiente del 2004.

Este principio establece que “el generador de efectos degradantes del ambiente, actuales o futuros, es responsable de los costos de las acciones preventivas y correctivas de recomposición, sin perjuicio de la vigencia de los sistemas de responsabilidad ambiental que correspondan”. En palabras sencillas, todo aquel que inserta productos en el mercado, y dado que éstos producen residuos que afectan al ambiente si no son recuperados, tiene que hacerse responsable de los efectos que produce.

De igual manera están pendientes leyes para distintas corrientes de residuos que no cuentan actualmente con normativa (residuos especiales de generación universal (REGU´s), residuos electrónicos (RAEE), etc.), como así también incorporar una jerarquía de tratamientos que permita una gestión más eficiente de los residuos como recursos. Todo esto podría englobarse en una ley superadora, una “Ley de Economía Circular y Cambio Climático”, que tenga una visión integral sobre su gestión, incorporando los distintos procesos, y considerando también el uso del agua y la eficiencia energética.

Europa ya ha implementado exitosamente dos paquetes de leyes impulsando la economía circular. El mundo y nuestro país no pueden esperar 20 años, necesitamos hoy promover la creación de normativa ambiental que ponga al país al nivel de los estados más avanzados del mundo.

(*) Es autor del libro “Economía Circular, el cambio cultural”, es Lic. en Ciencia Política, con Posgrados en “Control y Gestión de Políticas Públicas” (Flacso), “Economía Urbana” (UTDT) y Máster en “La Ciudad: Políticas, Proyectos y Gestión”, de la Universidad de Barcelona.
Vinculado hace más de una década a la gestión pública y el ambiente, se desempeño en diversas posiciones ejecutivas en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, organismos metropolitanos y el Gobierno Nacional. Impulsor de la mejora en la gestión de los residuos a partir de la Economía Circular.

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