Por Fiorella Lotti
La población demanda políticas públicas que regulen las prácticas de reciclaje y apuntan contra las marcas como responsables de la gestión de los residuos.
Ecoplas, entidad especializada en plásticos y medioambiente, realizó un estudio de opinión, ejecutado por Opinaia, para entender qué importancia le dan los argentinos al cuidado del medio ambiente, cuántos reciclan y por qué algunos no lo hacen.
Con el objetivo de dimensionar y cuantificar el conocimiento y las prácticas de los argentinos en relación al reciclaje, se encuestó a 2.077 habitantes de todo el país de entre 18 y 65 años durante la segunda quincena de septiembre de este año.
Las cifras son sorprendentes aunque contradictorias: 9 de cada 10 encuestados afirma que el reciclado debería ser obligatorio, pero sólo el 60% recicla. ¿Cuáles son los motivos por los que el 40% restante no lo hace? Dentro del segmento de los que afirman no reciclar, cerca de 8 de cada 10 (78%) manifiestan que les gustaría separar y/o reciclar su basura pero que no cuentan con la suficiente información, educación o infraestructura para poder hacerlo.
En este aspecto, el 68% de los encuestados opina que no hay contenedores específicos para depositar los residuos reciclables de su casa. Mientras que en la región de Cuyo y AMBA es donde más se detectan estos puestos, en el NOA y NEA es donde menos presencia tienen.
“La problemática de los residuos afecta a la Argentina a nivel nacional. Hay programas que detectamos en todo el país muy buenos pero no alcanzan para paliar esta problemática. En la Ciudad de Buenos Aires se está trabajando en la separación, pero en muchas localidades de la provincia no existe un plan relacionado, y mucho menos en el interior, donde hay basureros a cielo abierto sin resolver”, precisa Verónica Ramos, Directora Ejecutiva de Ecoplas.
Al indagar sobre los conocimientos de los habitantes en términos de separación de residuos, materiales reciclables y métodos, solo el 3% de los encuestados respondió correctamente todas las consultas. En ese sentido, si se cruzan los datos de información con los de hábitos de reciclaje, a mayor índice de conocimiento, mayor es la práctica. “Está comprobado que cuando las personas tienen más información y conciencia sobre el reciclado, este aumenta”, destacó Ramos.
De esta manera, el conocimiento y el compromiso con la educación sobre cómo separar y reciclar resultan clave. Por este motivo, el 95% de los argentinos cree que sería útil que en las escuelas haya capacitaciones obligatorias y periódicas, mientras que el 93% asegura que debería ser obligatorio separar los residuos. En esa línea, realizar campañas de concientización y educación es considerado el método más eficaz para modificar los hábitos, según el 43% de la población, mientras que solo el 23% apoya las multas o incentivos económicos.
Marco legal y responsabilidades
El 91% considera que la falta de políticas públicas es la principal causa que impide una mayor separación de residuos y el reciclado, señalando como principal responsable al Estado. Si bien también se reconoce a las personas en general como responsables realizando una marcada autocrítica, el 66% menciona a las marcas como agentes clave para lograr un mayor reciclado de la basura y residuos.
“En Argentina no tenemos una ley nacional. Mientras que en algunos países de Europa se viene trabajando hace muchos años en una Ley de Responsabilidad del Productor para que la cadena de residuos de envases pueda ser reciclada, en nuestro país tenemos que empezar por lo básico. Necesitamos de la obligatoriedad y de un sistema que permita generar un reciclado constante”, describe Ramos.
Es por eso que desde Ecoplas impulsan el proyecto de Ley de Envases, con la intensión de generar un marco legal que obligue a las empresas a tomar responsabilidad por los productos que vuelcan al mercado.
A nivel global, los dueños y responsables de gestionar los residuos son los municipios. Pero, ¿quiénes son los que ofrecen los envases al consumidor?
“Los envasadores. Por eso, son ellos los que deberían financiar el costo que tiene el municipio, que sí o sí debe gestionar los residuos húmedos. Pero los reciclables deben recibir un tratamiento adecuado que incluya separación en origen, separación en las cooperativas, y luego el envío a las industrias recicladoras, que los utilizan como insumo y los transforman en productos. De esta manera el municipio gastaría menos dinero”, precisa Sergio Hilbrecht, Gerente de la Cámara Argentina de la Industria Plástica.
De esta manera, la ley hace responsable al fabricante de un producto por el envase en el que decide comercializarlo. Así el envasador pagaría por cada producto puesto en el mercado, generando fondos para el reciclado de los mismos. “Este modelo funciona desde hace más de 20 años en Europa, donde “el que contamina paga”. Porque las marcas venden un producto y eligen en qué envasarlo. El envase protege el contenido y ahí se gasta la mayor parte de los recursos. No podemos ir contra el envase, sino gestionar el post consumo”, aclara Hilbrecht.
Actualmente, de las 1.600.000 toneladas de plástico que se generan en Argentina, se están reciclando 241 mil toneladas por año, y la industria plástica tiene 50% de capacidad ociosa, porque no se separan los residuos.
Según explican desde CAIP, este proyecto de ley no es nuevo, pero está trabado principalmente por que las empresas se resisten. Lo llamativo es que las multinacionales que se oponen, son las mismas que financian la ley de envases en Europa. “Los envasadores vienen presentando proyectos de ley tapón, es decir, que intentan frenarla. Hablan de una percepción anticipada, dicen “sí, vamos a pagar”, pero quieren que la materia prima le retenga a la industria transformadora para financiar la ley de envases. Este concepto no existe en ninguna parte del mundo, y si se haría, aumentaría en un 20% el valor del envase”, precisa el Gerente de la CAIP.
En ese aspecto, Ramos indica: “A nivel mundial estamos viendo que hay un estudio en el que se menciona cuáles son las marcas que contaminan. En Argentina, con este estudio, es la primera vez que vemos que la sociedad pone a las marcas como responsables de sumarse a una ley de envases que por cada producto que pongan en el mercado paguen una cuota para que ese envase sea gestionado”.
Economía circular y consumo responsable
Al momento de comprar productos, los consumidores señalaron como atributos que tienen en cuenta de las marcas que sean económicamente accesibles (39%), que tengan calidad (24%), que sean confiables (18%) y que colaboren con el medio ambiente (13%).
En cuanto al mercado, se consultó a las personas si están dispuestas a consumir productos realizados con plásticos reciclados, y el 86% afirma que los compraría. A excepción del caso de la comida, en la que cerca de un tercio se manifiesta en contra, los argentinos ven con buenos ojos utilizar envases plásticos reciclados para distintos productos de limpieza, higiene o bebidas. Sin embargo, los principales frenos a comprar productos de este origen son la calidad (46%) y la estética (37%).
Si bien se piensa que el plástico no es amigable con el medioambiente, se considera que esto puede ser mitigado con buenas prácticas de reciclado. “Todos los plásticos son reciclables y se pueden hacer una gran variedad de productos, como otros envases, fibras textiles, maderas plásticas y hasta piezas para instalaciones eléctricas. Actualmente se están realizando piedras plásticas, es una tecnología que se desarrolló en Argentina y que hace piedras a partir de la mezcla de residuos plásticos y que sustituyen al canto rodado, un producto que proviene de la minería y es cada vez más escaso. El consumo es gigantesco”, enumeró Mario Tonelli, Gerente Técnico de Ecoplas.
“La industria comienza a crecer. En Junín se construyó la primera casa con piedras de plástico, en Avellaneda hay una empresa que se dedica a convertir las botellas en flejes, en Mendoza una fábrica por mes está haciendo más de 100 toneladas de postes, tenemos muchos ejemplos”, describe.
Pero para que la industria logre instalarse y crecer requiere de la colaboración de todos, “porque necesita un flujo constante de residuos para que las empresas recicladoras puedan desarrollarse. Necesitamos de la obligatoriedad y un sistema que permita generar un reciclado constante no solo del plástico sino también del papel, cartón, aluminio”, concluye Ramos.
Como bien demuestra el estudio, el cuidado del medio ambiente es un tema presente en la agenda de los argentinos, quienes tienen una predisposición positiva para con el reciclaje. Una buena parte dice reciclar en su hogar, y los que no lo hacen reconocen que le gustaría pero no lo pueden hacer por infraestructura, desconocimiento o falta de tiempo.
A pesar de lo anterior, todavía falta mucha información y educación. En tal sentido, los ciudadanos reclaman capacitaciones obligatorias en los colegios, y la amplia mayoría considera que reciclar debería ser obligatorio, lo cual debería lograrse a través de campañas de concientización y comunicación, y la existencia de una ley que obligue y regule el reciclaje.