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“Con la misma fe que impulso la energía solar le gané la batalla al COVID-19”

Alex Casals, fundador de El Tío de la Barca con su barco solar.

Para ser un gran emprendedor se necesita pasión por sobre todas las cosas.  Y eso es algo que brota por los poros del argentino Alex Casals, más conocido en España como “El Tío de la Barca”. Su amor por lo que hace le dio fuerzas para impulsar tanto la energía solar como ganarle la batalla al COVID-19 luego de 42 días de internación.

Su pasión por el cuidado del medioambiente fue creciendo de tanto vivir en el agua practicando todo tipo de deportes acuáticos. Apenas conoció el  Río Segura, en Murcia, España, entendió que debía poner manos a la obra en su limpieza. Así en 2016, fundó “El Tío de la Barca”, que en un principio fue sólo una empresa de alquiler de botes de remo de paseo hasta que conoció las propiedades del barco solar y todo cambió. Hoy Alex Casals es socio del astillero que los fabrica y se ha transformado en el “tío” que lleva a pasear a la gente en un barco impulsado por energía solar.

“Cuando llegué a Murcia, el Río Segura estaba muy contaminado, a niveles como nuestro Riachuelo y me metí de lleno a colaborar en su limpieza e integrarlo a la ciudad junto al Ayuntamiento de Murcia, ya que todos le daban la espalda”, explica Casals.

Barco solar que navega el Río Segura, Murcia, España.

Con su barco con capacidad para 40 personas, como él mismo lo declara 300% eco, realiza un recorrido turístico y diferentes actividades recreativas y de concientización ambiental. “Mi barco es 300 % eco porque no contamina el aire, tampoco contamina el agua, porque sus dos motores no utilizan aceite ni hidrocarburos. Y por último, no tiene contaminación acústica”, expresa.

Antiguamente, Casals era cliente del  astillero que fabrica los barcos solares (ubicado en Palma), hasta que se convirtió en socio y es el encargado de gestionar los barcos solares porque “estoy tan concientizado de que la energía solar es el futuro, y más aquí en Murcia que tenemos 340 días de sol”, aclara.

Su barco solamente utiliza energía del sol que se transfiere a las baterías o acumuladores que están dentro del mismo. “Y si está nublado no importa porque utilizamos la energía acumulada en las baterías”, advierte. En invierno, hay días que trabaja hasta la 1 AM sin parar solamente utilizando la energía de las reservas, ya que la duración de las mismas depende de la velocidad que se le de al barco. Entre las actividades que se ofrecen en el Tío de la Barca hay conciertos y proyección de películas al aire libre. Allí conectan amplificadores, luces, y todo proviene del acumulador de baterías.

Aula solar para los chicos

Con el afán de transmitir los conceptos del cuidado del medioambiente y energías renovables, Alex creó el Aula Solar, una actividad educativa para alumnos que tiene por objetivo la divulgación de las energías limpias. La actividad consta de dos partes: una charla explicativa sobre las energías renovables, especialmente la solar, y la concienciación sobre los hábitos energéticos. Adaptado según las edades, les explica cómo funciona el barco propulsado únicamente por energía solar con autonomía indefinida con sol y de 150 horas sin sol y que constituye un auténtico centro tecnológico electrosolar.

Lo más divertido para los chicos llega cuando les enseña a hacer fuego a través de una parabólica solar y les muestra juguetes que funcionan con placas solares. Además de encontrarle la solución para estar conectados y que no se acabe la batería del celular, les enseña unas pequeñas placas solares que se venden con anclaje USB.

“Luego, algunos chicos pasan por aquí y me gritan: Me he comprado la placa solar”, cuenta entre risas Alex, y agrega: “Trabajar con niños es lo mejor, ellos tienen una conciencia ambiental muy arraigada, otro chip distinto al nuestro del cual podemos aprender mucho”.

Reto Río limpio                                

La región de Murcia está ubicada en el sudeste de la península ibérica y es conocida como la Huerta de Europa, por su riqueza en agricultura. Por su continuo tráfico, el Río Segura era el más contaminado de Europa. A partir del 2000, junto con el Ayuntamiento de Murcia y de la región comenzaron a realizar actividades de limpieza desde la cabecera del mismo hasta el centro de Murcia. “Yo navego 2 km para arriba y para abajo con las barcas de remo y con el barco solar, eso llama la atención, el río no huele mal y la gente aprendió a ser consciente y cuidarlo”, relata Casals.

Una vez al año junto con el Ayuntamiento de Murcia organizan el reto Río Limpio, donde las personas en grupos con diferentes tipos de bolsa separa y clasifica la basura. Afortunadamente, cada año se encuentran menos kilos.

Inquieto, vivaz y con una sonrisa que no se le borra ni al hablar, Alex continúa generando proyectos aunque algunos les lleven más tiempo por la pandemia del COVID-19. “Estamos próximos a montar una línea de ferrys solares, pero tendremos que esperar un poco más de tiempo para que nos los aprueben”. Esos barcos solares trabajan de la misma manera que el suyo pero con mayor capacidad de reservas por tener más capacidad de plazas.

BATALLA GANADA al COVID-19            “Lo del COVID no fue un simple resfriado para mí. Estuve 42 días internado en aislamiento en el Hospital Reina Sofía con una carga viral muy grande que los médicos pensaron que no salía vivo. Soy una persona que presenta batalla a todo. Igual que llevo mis empresas con el corazón y mucha fuerza, hice lo mismo con el COVID-19. Cuando peor estaba apareció ese faro que es la mujer de mi vida y me dije: Yo de este mundo no me voy. Y acá estoy”. Cuando su salud iba empeorando, los médicos le avisaron que debían entubarlo nuevamente pero se negó, le indicaron hacer ejercicios para incentivar a sus pulmones. “Me ponía boca abajo durante 8 horas cada día y con el mismo peso de tu cuerpo le vas dando presión a los pulmones  y van comenzando a tener más fuerza. Fue extremadamente doloroso porque sentís que te queman. Sólo el cariño de la gente y la fe te salvan”.  Al salir del hospital, festejo mediante de todo el personal sanitario, lo primero que hizo fue visitar el río y tomar una copa de champagne.

Festejo al ser dado de alta del Hospital Reina Sofía por COVID-19 después de 42 días de internación.

 

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