Helena Estrada reflexionó en la Asociación Argentina de Publicidad sobre los beneficios de la igualdad de género en las empresas y en la sociedad.
En el marco de las conferencias virtuales organizadas por la Asociación Argentina de Publicidad, el Foro de Reflexión contó con la presencia de Helena Estrada, creadora y directora del Centro de Desarrollo Económico de la Mujer (CEDEM), quien conversó con Mariano Augugliaro, director de la AAP, sobre el impacto de la autonomía de las mujeres en la economía.
Según un estudio publicado por KPMG, en Argentina solo el 10,3% de los directorios de las mil empresas que más facturan están integrados por mujeres. De acuerdo a las estimaciones del Global Gender Gap Report 2020 del World Economic Forum, la participación de las mujeres en el mercado laboral se detuvo y las disparidades están aumentando. A este ritmo harían falta al menos 100 años para alcanzar una proporción razonable, que ronde el 30%.
“¿Por qué hablar de mujeres? Primero por un imperativo moral, porque si bien tenemos los mismos derechos, la oportunidad de ejercerlos no es igual. Segundo, por el beneficio social que significa tener a más mujeres en igualdad de condiciones, ya que está demostrado que cuando tienen mejores ingresos invierten más en educación, mejoran la alimentación de su grupo familiar e invierten en la refacción de sus hogares. Y por último, porque significa un beneficio económico para la sociedad”, introdujo Estrada al inicio de su presentación.
En Argentina, existen diferentes brechas de género. En primer lugar, en el tercer trimestre de 2019 las mujeres percibían un 20,2% menos de salario que los varones, con mayor incidencia en el trabajo informal. En cuanto a la participación en el mercado laboral, la mujer tiene un 20% menos de presencia que los hombres.
Según un estudio del Banco Central, las mujeres dedican un 79% de su tiempo en tareas no remuneradas, mientras que los hombres un 34%. Esto se condice con la cantidad de horas que dedican a las tareas de cuidado, que en promedio en el género femenino es de 6,4 horas diarias, mientras que en el masculino un 3,4%. Finalmente, y de acuerdo al relevamiento de las cuentas sueldo bancarias, las mujeres tienen un 9% menos de presencia en el trabajo formal.
“Para analizar las disparidades de género, es necesario primero definir que la mujer tiene tres autonomías: la física, que es sobre su cuerpo, el derecho a la vida y la no violencia; la política, que es estar en igualdad de condiciones para acceder a cargos jerárquicos y ser parte activa de la toma de decisiones que definen hacia dónde va el mundo; y la económica, que es tener igualdad de condiciones y oportunidades para poder desarrollarse profesionalmente”, indicó.
Según Estrada, “es necesario hacer una primera distinción y es que no todas las mujeres tienen las mismas barreas, sino que existen diferentes clasificaciones”, y enumeró:
- Piso pegajoso: sucede con mayor frecuencia en aquellas mujeres de menor nivel socioeconómico, que tienen mayores dificultades para desarrollarse profesionalmente y les es muy difícil salir de su círculo para acceder a otras realidades.
- Escaleras rotas: ocurre en mujeres con un grado educativo más alto, pero la maternidad, ya sea por falta de tiempo, recursos o posibilidades, entra en conflicto con su desarrollo económico y profesional. En ocasiones, cuando vuelven al mercado laboral no encuentran una oferta interesante que se adapte a sus capacidades, ya que son mujeres muy preparadas y con buena capacidad de gestión, entonces suelen volcarse al emprendedorismo.
- Techo de cristal: son las barreras que encuentra la mayoría de las mujeres para acceder a cargos directivos de las empresas. Ninguna organización lo tiene explicito, pero sucede, y es por eso que se buscan implementar políticas que aceleren la incorporación, como la ley de cupos en directorios.
- Techo de pasto: aparece en todos los niveles. Tiene que ver con la limitación de las mujeres de poder establecer vínculos de confianza en espacios fuera de la oficina, donde se dan las relaciones interpersonales. En general los hombres se reúnen a practicar algún deporte, en un espacio distendido, donde surgen conversaciones soft y se conoce realmente quien es la otra persona. Esto tiene un impacto enorme en las carreras y en el desarrollo profesional, porque es donde surgen las recomendaciones.
Llamado a la acción para cerrar las brechas
Según la especialista, las empresas deben comenzar a implementar el cambio a partir de diferentes acciones:
- Medir: “La primera acción es comenzar a medir para entender el problema. Poder definir cómo es el acceso a cargos directivos, los salarios que perciben hombres y mujeres, cómo es la maternidad en la empresa, si las mujeres vuelven o no vuelven cuando comienzan con su planificación familiar”.
- Perspectiva de género: “Todas las empresas tienen que empezar a plantearse cómo se ve y vive cada decisión desde el punto de vista de la mujer, no solo desde el mensaje, sino desde todo lo que hace a las políticas de la institución”.
- Aceleradores: “Son políticas activas y afirmativas que aceleran el proceso de igualdad en las organizaciones. Sabemos que con el ritmo natural tardaríamos 200 años en llegar a la igualdad, por eso son necesarias medidas que aceleren el cambio, como la Ley de Cupos. Estoy a favor, si bien antes creía que había una confrontación entre los cupos y el mérito, la realidad es que las mujeres con mérito son las que llegan a ocupar esos cargos”.
- Táctica y estrategia: “La igualdad de género no es una moda, llegó para quedarse y va a seguir creciendo. Como empresas el único camino posible es iniciar el cambio. En el contexto actual de cambios continuos, no basta con adecuarse a las nuevas realidades sino anticiparse. Es más necesario que nunca tener creatividad e ideas disruptivas. Si tenemos un grupo homogéneo probablemente falten discusiones y diversos puntos de vista, provocando agujeros negros que tienen costos altos para las empresas. Aquellas que tienen diversidad en su mesa de decisión son más ágiles y es una ventaja estratégica a largo plazo”.
- Liderazgo pionero: “Estamos atravesando un crecimiento dinámico, con momentos de prueba y error. Quien tenga este liderazgo va a conquistar un terreno no caminado, lo que representa un riesgo, pero vale la pena. Solo el líder tiene la capacidad de asumir este riesgo, y la responsabilidad de generar cambios en el juego desde su espacio”.
Beneficios económicos de la igualdad
“En nuestro país, la autonomía económica es el tema en el que estamos más atrasados. En términos regionales, en lo que respecta a educación y salud estamos muy bien, pero en lo económico son muy grandes las desigualdades y no tiene coherencia con otros planos”, expuso.
Mientras que la participación de mujeres en directorios es de casi el 11% en Argentina, y el 47% de las empresas que cotizan en la bolsa no tiene ni una sola mujer en sus directorios, las mujeres son las que más se capacitan: “Tenemos la tasa más alta de egresadas y profesionales de diferentes carreras, incluso con notas en promedio más elevadas que los varones. Entonces no es por falta de mérito que no acceden a los cargos jerárquicos”.
Según un estudio publicado por McKinsey, la igualdad de oportunidades generaría un crecimiento del 16% del PBI en Argentina, y un 14% en Latinoamericana. “La participación de más mujeres en directorios y puestos de toma de decisión nos beneficia a la sociedad en su conjunto, por eso en necesario festejar las políticas que buscan acelerar el proceso”, precisó.
“Actualmente, las mujeres estamos más presentes en industrias de servicios, de salud y educativas. Estas son las ‘paredes de cristal’, porque es el rubro dentro del cual se desarrollan. No hay que olvidar que la historia no fue igual para ambos géneros, y hay preconceptos y sesgos culturales que persisten”, describió.
Finalmente concluyó: “el mayor impacto de la autonomía de las mujeres es su libertad. Estamos hablando del grado de libertad y toma de decisión que pueden tener las personas en su propia vida. Cuando limitamos sus oportunidades y posibilidades estamos coartando su libertad”.
El Foro de Reflexión de la AAP es un evento digital que se realiza todos los viernes a las 10:30 a través de la plataforma Zoom. Es de acceso libre y no requiere inscripción previa.