5 razones por las que la equidad de género en el ámbito laboral es un buen negocio

Por qué alcanzar la equidad de género en el ámbito laboral es un buen negocio para las empresas?

Randstad dio a conocer las 5 razones más relevantes para que las organizaciones cierren la brecha de género en el ámbito laboral.

Imagen y reputación, mejores resultados económicos, creatividad e innovación, atractivo empleador y licencia social, son los factores que explican por qué alcanzar la equidad de género en el ámbito laboral es un buen negocio.

El mundo del empleo está hoy en medio de una revolución. En parte por el avance de la tecnología y la digitalización, pero mucho más por el cruce entre tecnología y cambios sociales.

La persistente brecha de género en el ámbito laboral responde a múltiples causas y factores. Desde el sostenimiento de la expectativa social de que sean las mujeres las principales proveedoras de cuidado familiar -incluso en pandemia-, hasta el debate sobre si los sistemas de cupos son efectivos para lograr equidad en el ámbito laboral.

Mucho se ha avanzado en los últimos años para cerrar la brecha de género en el ámbito laboral, aunque la pandemia ha impactado negativamente en ese proceso y queda todavía mucho camino por recorrer para hacer realidad el cambio cultural en relación a lo que la sociedad espera que sean y hagan hombres y mujeres.

“En Randstad estamos convencidos del valor que genera la diversidad, por eso trabajamos internamente y con nuestros clientes para que sus procesos de búsqueda y selección de talento se focalicen en las competencias y habilidades de las personas y no en su género u otros factores que pueden generar sesgos que comprometan el valor de la diversidad en el proceso de reclutamiento”, afirmó Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay.

Estas son las 5 razones por las cuáles la igualdad de género en las organizaciones no es solo una cuestión de ética y equidad, sino  también un buen negocio. Ser una empresa diversa e inclusiva tiene múltiples beneficios:

Eleva la imagen y la reputación

Una estrategia de negocios alineada con una visión organizacional diversa y comprometida con la equidad de género incide de manera directa en la imagen corporativa y la reputación de las compañías. Las empresas socialmente responsables pueden capitalizar los beneficios de su posicionamiento y reputación frente al público interno y externo.

Mejora los resultados económicos

Una cultura organizacional basada en la diversidad e inclusión tiene una incidencia real y medible en el negocio y se traduce en empresas con mejores resultados. La diversidad tiene un impacto cuantitativo en mayores ventas y utilidades porque un equipo diverso podrá identificar y entender mejor qué es lo que quiere y necesita su  público objetivo.

Impulsa la creatividad y la innovación

Las políticas de igualdad de género y diversidad permiten conformar equipos de trabajo innovadores y creativos, basados en el respeto y en la aceptación de las diferencias como un hecho generador de valor. Los equipos de trabajo diversos -no solo en materia de género- son altamente competitivos, alcanzan mejores resultados, cuentan con una visión superadora y arriban a soluciones más eficientes.

Refuerza el atractivo empleador

La diversidad incide positivamente en los valores que sustentan la marca empleadora, algo especialmente importante en tiempos en que el talento marca la diferencia. Mejora la reputación de la organización, valorizando su imagen como un buen lugar de trabajo a partir del valor asociado al compromiso con la diversidad y la igualdad de oportunidades. De cara al interior de la compañía, esto repercute sobre el clima de trabajo, el compromiso y la fidelización de los colaboradores. De cara al exterior, influye directamente en la capacidad de la organización para atraer al talento clave que necesita.

Accede a la Licencia Social

Las empresas deben estar atentas a esa demanda social y estar a la altura de las circunstancias, para acelerar los cambios que se reclaman en materia de equidad de género. La mirada social está puesta por completo sobre el obrar de las compañías y presiona cada vez más, reprochando la falta de valores y de compromiso con estos temas fundamentales de la  agenda pública. Aquellas organizaciones que no tengan un compromiso activo para generar  ámbitos de trabajo en el que hombres y mujeres accedan con equidad a las mismas oportunidades de desarrollo, tendrán mayores complicaciones para que sus clientes y otros stackeholders le brinden la licencia social que necesitan para operar.

“Hoy, la sociedad tiene a flor de piel el debate y la problemática de género y espera más del estado, de las empresas, de los sindicatos, de las ONG y de los individuos. Sin embargo, para que las mujeres podamos ocupar mayores espacios de decisión en el mundo del trabajo, se necesita acelerar sustancialmente el ritmo de cambio y que los hombres comiencen a ocupar más espacios en el ámbito del hogar y la familia”,  agregó Andrea Ávila.

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