Arquea, el emprendimiento liderado por un joven cordobés que se encarga de recolectar el aceite usado para reciclarlo y generar nuevos recursos.
Al ser estudiante de la Licenciatura en Ambiente y Energías Renovables en Universidad Siglo 21, Bruno Busconi (21) siempre estuvo interesado en el reciclado y la reutilización de recursos. Así surgió la idea de Arquea: transformar el aceite usado en biodiésel.
“Hace un año, junto con mi papá que también tiene conocimientos del tema, comenzamos a hacer pruebas con aceite limpio de girasol, fuimos probando diferentes variables hasta que logramos producir el biodiésel”, explica Busconi. Así, fueron indagando sobre los diferentes aspectos de la reutilización, y se dieron cuenta de que el aceite de girasol usado servía para hacer biodiésel y tenía las mismas condiciones.
A partir de ese momento, Bruno comenzó a hacer la gestión en los restaurantes de la ciudad de Córdoba, que son los grandes generadores, con el objetivo de disminuir el impacto ambiental a través de la economía circular, utilizando el residuo (aceite) como materia prima para hacer biodiésel. En un año, Arquea ya recicla 12 mil litros de aceite vegetal usado.
Un solo litro de aceite usado que es vertido por las cañerías puede llegar a contaminar hasta mil litros de agua. Además de evitar la contaminación de millones de litros de agua, también es posible la producción de biocombustible (biodiésel) que funciona al 100% en motores diésel y tiene 70% menos de emisiones que el gasoil convencional.
Un ida y vuelta
Para obtener los nuevos productos, el proceso de reciclado consiste en una etapa de neutralización donde se elimina la humedad y el material particulado (restos de alimentos) por medio de temperaturas y filtros. Después se realiza el proceso de transesterificación donde las grasas del aceite se unen con el alcohol mediante un catalizador obteniendo así biodiésel y glicerol.
“El biodiésel lo usamos como combustible y el glicerol funciona perfectamente como jabón desengrasante, que se los brindamos a los locales gastronómicos como remuneración por su aceite vegetal usado”, detalla Busconi.
Al principio, salieron a buscar clientes por diferentes pueblos aledaños a la ciudad de Córdoba, analizando el consumo y la frecuencia de cambio de su aceite. Luego, fueron haciendo la clientela en Córdoba capital, donde ofrecían en cada local su sistema de reciclaje.
Para cerrar el círculo, el traslado del aceite se realiza con camionetas propulsadas 100% a biodiésel y cargada con los bidones que reciclan y reutilizan a lo largo de la gestión en cada local. De esta manera, la recolección del aceite la realizan consumiendo únicamente biodiésel; y en el proceso productivo no se genera ningún tipo de residuo.
Según comenta Bruno, el próximo objetivo ya lo están cumpliendo. “Estamos trabajando con la Cámara de Bares y Restaurantes de Córdoba, allí serán 30 clientes los que se sumarán a la campaña de recolección – hoy en día contamos con 150 clientes que nos brindan su aceite vegetal usado-“. Además, están generando alianzas con la Municipalidad de Córdoba para que cada vez sea más el aceite que se recicle en la ciudad.