El año pasado, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) financió una cifra récord de US$4.500 millones en actividades relacionadas con el cambio climático, según el Informe de Sostenibilidad 2021.
Estos recursos, que representan el 30% del total de aprobaciones anuales del Banco, benefician a la región mediante préstamos, donaciones, cooperaciones técnicas, garantías e inversiones de capital.
El informe muestra el distintivo enfoque integrado del BID en la sostenibilidad con respecto a su gobernanza, estrategia, políticas y ciclo de proyectos, acción climática de vanguardia enfocada en la creación de empleos y beneficios socioeconómicos, manejo de riesgos de desastre y resiliencia, biodiversidad e innovadoras herramientas financieras orientadas a la inclusión de género y diversidad.
“En el BID de hoy creemos en la urgente necesidad de ir más allá del diagnóstico de cambio climático y de redoblar significativamente nuestros esfuerzos para enfrentarlo. Si nosotros y nuestros países miembros lo hacemos, América Latina y el Caribe puede convertirse en un líder mundial en el manejo de un asunto que no conoce fronteras”, dijo el Presidente del BID, Mauricio Claver-Carone.
El informe resalta proyectos y publicaciones sobre desarrollo sostenible en la región financiados y coproducidos por el BID. Entre otros indicadores, destaca la consistente reducción en la huella de gases de efecto invernadero (GEI) de la cartera de préstamos del Banco y del riesgo de desastres y cambio climático de sus proyectos, como también la aplicación de sus políticas ambientales y sociales.
En 2021, el Banco logró importantes hitos dentro de su marco de sostenibilidad. En la COP26 (la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático) en Glasgow, el Banco anunció su compromiso de alinear todas sus operaciones con el Acuerdo de París a partir de 2023 y de aportar US$24.000 millones en financiamiento climático y verde durante el período 2022-2025. Asimismo, los bancos multilaterales de desarrollo (BMD), bajo el liderazgo del BID, emitieron en la COP26 una Declaración conjunta sobre Naturaleza, Personas y Planeta. Este documento es un compromiso a integrar la naturaleza en sus políticas, análisis e inversiones.
Sumado a ello, el nuevo Marco de Política Ambiental y Social (MPAS) del BID entró en efecto el 1 de noviembre de 2021, fijando nuevos y ambiciosos estándares para ayudar a los clientes del Banco a abordar asuntos ambientales y sociales. El BID está liderando el desarrollo de una plataforma regional sobre cambio climático para los ministerios de finanzas que consiste en una red para promover una visión compartida sobre su rol en la agenda climática.
El Directorio del Banco también aprobó la Iniciativa Amazonía, que apunta a movilizar recursos públicos y privados para forjar e implementar modelos de desarrollo sostenibles basados en el capital humano, la riqueza natural y el patrimonio cultural de dicha región.
El informe incluye un anexo sobre la Iniciativa Global de Presentación de Informes (GRI, por su sigla en inglés), que fija estándares globales para los informes de sostenibilidad basados en las mejores prácticas para la presentación de una variedad de impactos económicos, ambientales y sociales.
Las acciones relacionadas con el cambio climático son un elemento prioritario de la Visión 2025: Reinvertir en las Américas, la hoja de ruta del BID para la recuperación económica y el crecimiento sostenible e inclusivo de América Latina y el Caribe en la etapa pospandemia.