(*) Por Florencia Salvi
El momento para salvar nuestro clima es ahora o nunca, nos urge accionar. Estamos en un camino hacia el desastre en cuanto al aumento de las emisiones de carbono desde 2010 hasta la fecha, y sobre eso, un reporte de la ONU plantea tres puntos clave:¿podríamos llegar a duplicar la meta propuesta en el acuerdo de París de disminuir a 1,5 el aumento de la temperatura?, ¿hay un distanciamiento entre los pedidos de cambios y la realidad?, ¿estamos haciendo todo lo que debemos hacer?
Las emisiones de carbono que provocan el cambio climático proceden de todo el mundo y nos afectan a todos. Por ejemplo, los 100 países que menos emiten generan el 3 % de las emisiones totales, y los 10 países que más emiten aportan el 68%. Podemos decir que la concentración de los GEI está directamente relacionada con la temperatura media mundial de la Tierra, que aumentó progresivamente desde la Revolución Industrial. Cabe destacar que entre los principales emisores se encuentran la energía, la industria, el transporte, los edificios, y la agricultura. Sabemos que es necesaria una redefinición de la producción y consumo.
Por su parte, las ciudades son parte del problema, pero también pueden ser parte de la solución, ya que, según el Foro Económico Mundial, en ellas vive el 55% de la población mundial, donde se genera las ¾ partes del total de las emisiones. La clave puede ser la flexibilidad y la innovación que permiten nuevas formas de movilizarnos, usando nuevos materiales para la construcción con la mirada puesta no solo en emitir menos sino en capturar carbono.
El planeta constantemente nos envía mensajes sobre las transformaciones que está sufriendo. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura advirtió que “el progresivo deterioro del estado de los recursos del suelo, la tierra y el agua en todo el planeta dificultará la alimentación de una población mundial que se prevé de casi 10.000 millones de personas en 2050”.
En los últimos informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, miles de científicos coincidieron en que limitar el aumento de la temperatura global a no más de 1,5 °C evitaría los peores impactos climáticos.
Es evidente que la naturaleza es fundamental para reducir el calentamiento global, protegiendo y restaurando los ecosistemas. Los océanos, los bosques y otros ecosistemas pueden capturar más de la mitad de las emisiones globales.
Todos los ecosistemas son imprescindibles y por esto mismo, para la edición 2022 del Premio Ciudadanía Empresaria nos hemos inspirado en los corales como uno de los ecosistemas marinos más completos y complejos.
En los últimos 24 años, el Premio ha convocado a empresas de todo el país a participar y mostrar su contribución para ser protagonistas de la solución. Hoy, nos inspiramos en la naturaleza para replicar las mejores prácticas de colaboración e interconexión como forma de potenciar la vida. Dar visibilidad a las mejores prácticas llevadas adelante por empresas es una forma de inspirar a otros a seguir el mismo camino, uno que sin dudas es beneficioso para todos.
(*) Es consultora del PCE de AmCham Argentina.