La edad, la distancia a los centros de salud y el acceso al diagnóstico y tratamiento son algunos de los factores que condicionan la atención del cáncer. En este sentido es que el lema del Día Mundial del Cáncer, entre 2022 y 2024, es “Por unos cuidados más justos” con el objetivo de cerrar la brecha de atención que separa a las personas menos protegidas de las que cuentan con mayores recursos.
Datos relevados por All. Can Argentina señalan que en el sector público transcurren en promedio seis meses desde el inicio de los síntomas que podrían hacer sospechar un cáncer y su diagnóstico. Sin embargo, ese retraso se acorta dos meses para quienes tienen un servicio de salud prepago
En el mundo desarrollado, el 90% de la población accede a atención efectiva, en tanto esa proporción baja al 30% en lugares más desfavorecidos del planeta. Recientemente, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) presentó un informe que señala que los países de la Unión Europea (UE) gastaron casi 170.000 millones de euros en atención oncológica en 2018.
No obstante, el factor económico no es el único determinante de inequidad en el abordaje de las enfermedades oncológicas. La edad (las personas mayores reciben menos atención), los estereotipos de género (por ejemplo, en algunos países las mujeres deben pedir permiso al marido para ir al médico), la pertenencia a minorías étnicas (personas de pueblos originarios), el ser parte de minorías sexuales (gays, lesbianas, trans) y la posibilidad de acceder a los centros (vivir en zonas alejadas de ciudades o en áreas rurales) condicionan la equidad en la atención de la enfermedad.
En el caso de la Argentina, la fragmentación del sistema de salud -compuesto por más de 16.000 proveedores de salud divididos en tres subsistemas: nacional, provincial y municipal- conspira contra la equidad: las provincias más postergadas tienen menos financiación, capacidad, cobertura y acceso, y eso se refleja en el bajo desempeño relativo en términos de resultados en materia de salud. Por ejemplo: la tasa de mortalidad por cáncer de cuello uterino es 8 veces mayor en las provincias más pobres.
Datos recientes del primer estudio cuali – cuantitativo realizado por All.Can Argentina – una iniciativa que trabaja para mejorar la eficiencia en el cuidado del cáncer centrado en las personas- junto con Ipsos Healthcare Cono Sur reveló que transcurren en promedio seis meses desde el inicio de los síntomas que podrían hacer sospechar un cáncer y el diagnóstico. Sin embargo, ese retraso se acorta dos meses para quienes tienen un servicio de salud prepago, un dato que marca un alto grado de desigualdad relacionado con la pertenencia a diferentes sectores socioeconómicos. [1]
De todas formas, pese a la inequidad que se evidencia, un segundo estudio de All.Can Argentina mostró que la atención en el sistema público es la más elogiada ya que se pondera la calidad de los profesionales, aunque se critica la burocracia y el deterioro edilicio y de infraestructura de ese sector. Las obras sociales (OOSS) presentan más altibajos: se critica su burocracia y la actitud de los empleados, que pueden ser en algunos casos apáticos e indiferentes. Además, hay problemas para acceder a turnos y a medicamentos. En algunos casos, los pacientes con cáncer enfrentan problemas económicos que los obligan a dejar de tomar alguno de ellos. Los datos relevados también mostraron que casi de la mitad de los pacientes con cáncer cree que no existe un trabajo articulado entre los médicos que los atienden lo que afecta a su vez a la eficiencia en la atención.
“Para quienes trabajamos en la atención del cáncer, la inequidad en la Argentina es realmente una preocupación y un desvelo, y debemos empeñar hasta el último minuto para evitarla o minimizarla”, concluyó Julia Ismael, oncóloga clínica, ex directora del Instituto Nacional del Cáncer (INC), y miembro del Comité Ejecutivo de All. Can Argentina.