Durante el último trimestre del 2023, tres embarques de harina de soja con certificación georreferenciada salieron de los puertos del país.
Estos envíos representan un paso adelante en la implementación del Protocolo VISEC en Argentina, un sistema diseñado para asegurar la trazabilidad y la procedencia responsable de los productos agrícolas.
La certificación georreferenciada garantiza que la harina de soja proviene de campos libres de deforestación, cumpliendo con los estándares exigidos por el Protocolo VISEC. Este protocolo ha sido diseñado con requisitos alineados con la Regulación 2023/1115 de la Unión Europea, la cual está vinculada a la producción y comercialización de productos libres de deforestación. Se espera que esta regulación entre en vigor el 30 de diciembre de 2024.
El objetivo de estas pruebas fue consolidar mercadería proveniente de campos que no han sido deforestados de forma posterior a diciembre 2020 y cuyos granos han sido respectivamente trazados y segregados a lo largo de todo el flujo de la cadena comercial, desde el campo hasta el puerto. “De esta manera podremos realizar ajustes finos al sistema VISEC y prepararnos para el lanzamiento de la herramienta de trazabilidad y monitoreo que dará los primeros pasos desde abril del 2024”, explica Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC).
En total, se embarcaron hacia los puertos de España e Irlanda más de 46.000 toneladas de harina de soja, procedentes de más de 570 unidades productivas, entre participación directa e indirecta.
“En los últimos años, Bunge ha implementado con éxito su sistema de trazabilidad y monitoreo junto a sus proveedores, para verificar tanto aspectos sociales y ambientales, como la identificación de la deforestación en nuestra cadena de valor. Sabemos que el desarrollo de cadenas de suministro trazables es un desafío, pero creemos en la fuerza de las iniciativas sectoriales, como VISEC“, dijo Rossano de Angelis Jr., vicepresidente de Agronegocios de Bunge en América del Sur.
“Los números ilustran la complejidad de la operación y apuntan a la participación de múltiples actores en la cadena de suministro de soja. De acuerdo con el compromiso de LDC con la trazabilidad y con la deforestación cero en sus cadenas de suministro, nuestro objetivo es seguir trabajando para ampliar el Protocolo de Sustentabilidad, hacer ajustes a la plataforma y aumentar la participación de los productores y el área georeferenciada en futuros envíos”, señaló Fernando Correa Urquiza, Gerente Regional de Cereales y Oleaginosas de LDC para Latinoamérica Sur y Oeste.
Estos envíos marcan un hito en materia de sustentabilidad y el compromiso de todos los actores económicos. “Es un gran desafío para todas las cadenas de valor en Argentina. El sistema de monitoreo, reporte y verificación de VISEC genera costos adicionales y adaptaciones, así como cambios culturales que naturalmente deberán expresarse en el precio del producto final. No obstante, tenemos el compromiso de posicionarnos como proveedores de productos libres de deforestación, con garantía de trazabilidad de origen”, señaló Gustavo Idígoras.