Más de tres de cada cuatro de las mayores empresas de moda del mundo están rezagadas en la descarbonización, según el informe “What Fuels Fashion?” elaborado por el movimiento activista Fashion Revolution como parte de su ranking anual Fashion Transparency Index.
Este informe también destaca la falta de información pública al respecto, con una de cada cuatro compañías sin comunicación sobre sus planes de descarbonización.
De acuerdo con el documento, solo cuatro de las 250 empresas analizadas tienen “ambiciosos objetivos de reducción de emisiones” alineados con los objetivos establecidos por la Unión Europea. Por otro lado, de las 117 marcas que han establecido objetivos de descarbonización, 105 publican su progreso en esta área.
“La industria de la moda está significativamente rezagada en alcanzar los objetivos climáticos y reducir emisiones”, señala el informe, indicando que el 86% de las empresas carece de un plan de descarbonización público, el 94% no tiene un plan público de energías renovables y el 92% no cuenta con un plan de energía renovable para sus cadenas de suministro.
Fashion Revolution critica a la industria de la moda por evadir su responsabilidad en la producción de grandes cantidades de ropa y las emisiones asociadas. El 89% de las empresas no publica cuántas prendas produce anualmente y cerca de la mitad, un 45%, tampoco da información sobre su producción ni sobre la huella de carbono de las materias primas que emplea.
La cadena de suministro es uno de los puntos críticos del sector, según el documento. Aunque el 58% de las marcas publica sus objetivos de materiales sostenibles, solo el 11% revela las fuentes de energía de su cadena de suministro, lo que significa que la ropa sostenible podría estar produciéndose en fábricas que aún usan combustibles fósiles.
Fashion Revolution insiste en que las grandes marcas deben financiar la transformación de sus cadenas de suministro, y critica que casi el 94% de ellas no publica cuánto están invirtiendo en la descarbonización de su cadena de suministro. “Cargar a los proveedores con préstamos para cumplir los objetivos climáticos de las marcas es injusto y perpetúa los desequilibrios de poder existentes entre las marcas de moda, sus proveedores y las personas que fabrican nuestra ropa”, denuncia el movimiento activista.
El informe concluye que se podría progresar de forma significativa en la reducción de emisiones centrándose en cuatro áreas clave: fomentar la transición de la cadena de suministro de combustibles fósiles a energía renovable, producir menos prendas, minimizar el uso del transporte aéreo y eliminar gradualmente el uso de materiales sintéticos. Fashion Revolution hace un llamado a que las marcas inviertan al menos un 2% de su facturación anual en eliminar los combustibles fósiles.
Teniendo en cuenta cinco indicadores (de la información publicada a la descarbonización, el uso de energía o la financiación de la transformación de la cadena de suministro), el informe asigna un porcentaje de ejecución de la transformación sostenible de sus fuentes de energía.
Puma, Gucci y H&M son las tres compañías que lideran el ránking de Fashion Revolution, con un 75%, 74% y 61% de ejecución, respectivamente.