En esta edición especial de Visión Sustentable nos enfocamos en un tema que ha dejado de ser una tendencia temporal para convertirse en una prioridad estratégica: la integración de la sustentabilidad en los modelos de negocio.
El análisis presentado en “El Mapa de la Sustentabilidad en Argentina 2024” revela que las principales empresas del país no solo han adoptado el concepto de triple impacto —social, ambiental y económico—, sino que lograron consolidarlo en un eje fundamental de sus operaciones.
Los resultados de esta investigación evidencian que la sustentabilidad es un eje estratégico trascendiendo cualquier visión coyuntural o superficial. Ya no se trata únicamente de un esfuerzo para mejorar la imagen corporativa; la sustentabilidad está directamente ligada a la competitividad y resiliencia empresarial en un entorno global cada vez más desafiante.
Las compañías que no implementen criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG)
corren el riesgo de quedarse atrás, mientras que aquellas que lideran en estas áreas logran
acceder a mejores condiciones de financiamiento, inversiones sostenibles y un mayor respaldo de sus consumidores.
En esta transición es el creciente compromiso con los Derechos Humanos y la diversidad e inclusión. Las empresas comprendieron que no pueden limitar su impacto positivo solo al ambiente, sino que también deben trabajar activamente en la mejora de las condiciones sociales. El 67% de las compañías relevadas ya cuenta con políticas de Derechos Humanos en sus operaciones, garantizando la equidad y el respeto. Paralelamente, un 70% implementa programas de diversidad e inclusión, promoviendo entornos laborales que valoran y respetan las diferencias.
Este enfoque integral es fundamental para que las empresas no solo cumplan con las expectativas de sus clientes y socios comerciales, sino también para alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
Actualmente, el 75% de las empresas en Argentina están alineadas con marcos internacionales, integrando prácticas responsables en sus cadenas de valor y contribuyendo al desarrollo de un entorno más justo y equitativo. Pero ¿Por qué las empresas están avanzando tan decididamente en esta dirección? La razón principal es financiera. En un mercado donde los fondos de inversión y los consumidores son cada vez más exigentes con respecto a la transparencia y la sostenibilidad, las compañías que adoptan criterios ASG son percibidas como actores más confiables y resilientes. La integración de estos principios no solo mejora su imagen corporativa, sino que abre puertas a nuevas oportunidades de financiamiento y permite acceder a un capital que, cada vez más, se orienta hacia inversiones sostenibles.
A pesar de los avances, aún queda un largo camino por recorrer. Las compañías deben seguir trabajando en la medición de su impacto y en la transparencia de sus operaciones. Si bien el 83% de las empresas realizan revisiones periódicas para asegurar que sus prácticas se alineen con políticas de integridad, es fundamental que el monitoreo y la mejora continua se mantengan como parte de su estrategia central. Además, el 92% de las empresas invirtió
en tecnologías más sostenibles, una tendencia que deberá continuar para lograr un impacto real en la reducción de su huella ambiental.
El desafío ahora es asegurar que todas estas iniciativas se traduzcan en acciones concretas que generen un impacto tangible y medible. El éxito no radica solo en adoptar políticas de sustentabilidad, sino en cómo se implementan y cómo se comunican los resultados. Las empresas que apuestan por la transparencia, que invierten en el bienestar de sus colaboradores y que fomentan la diversidad y la inclusión en sus equipos, serán las que marquen la diferencia en el mercado futuro.
Para descargar la investigación click acá