En La Rioja, la Bodega Valle de la Puerta además de hacer un buen vino, cuida a los polinizadores. Como parte de su plan de biodiversidad, la bodega creó “islas de biodiversidad” y montó “hoteles de insectos” para atraer y proteger a abejas, mariposas y otros bichitos clave para el equilibrio ambiental.
Las islas son rincones sin agroquímicos donde la naturaleza crece a su ritmo, ofreciendo refugio y alimento a la fauna local. Los hoteles, hechos con materiales reciclados, sirven como hogar para insectos que ayudan a polinizar cultivos y mantener a raya las plagas de forma natural.
Actualmente, la bodega tiene tres hoteles instalados en estas islas, pero su apuesta por la sostenibilidad no se queda ahí: también impulsan educación ambiental, monitoreo científico y alianzas con la comunidad para fortalecer el ecosistema.
¿Por qué importa?
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Más refugios para especies en riesgo.
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Más polinizadores = mejor biodiversidad y agricultura.
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Menos químicos gracias al control natural de plagas.