Con el objetivo de apoyar la salud infantil y promover el desarrollo integral desde la gestación hasta la primera infancia, desde el año 2013, Fundación FEMSA en conjunto con Fundación Pilares y con la colaboración de Coca-Cola FEMSA de Argentina, desarrollan talleres de educación nutricional y estimulación para niños y madres de la Villa 21-24, un asentamiento carenciado ubicado en la intersección de los barrios de Nueva Pompeya y Barracas, en la Ciudad de Buenos Aires.
“Queremos lograr que los niños tengan acceso a alcanzar su máximo potencial de desarrollo para contribuir al crecimiento y bienestar de sus comunidades. Para lograrlo necesitamos construir habilidades en los adultos en sus vidas, en este caso las madres de familia, quienes juegan un papel fundamental en el futuro de sus niños. Creemos en la labor que realiza Pilares y nos entusiasma continuar colaborando con ellos”, señaló Eva Fernández, Gerente de Desarrollo Infantil Temprano de Fundación FEMSA.
Los talleres, dictados dos veces por semana en la Capilla San Blas de la Villa 21-24, cuentan con atención nutricional, pediátrica y social, estimulación temprana, ludoteca, guardería, charlas de salud y talleres de cocina. Además, una vez por semana se realiza la entrega de bolsones de alimentos para cada una de las familias que asisten al centro, ya que gran parte de la población que asiste a los talleres tiene dificultades para cubrir la canasta básica de alimentos.
Para fortalecer la atención brindada y potenciar la ayuda a necesidades particulares, Fundación Pilares realiza relevamientos habitacionales que apuntan a detectar las condiciones en las que viven las familias (habitantes por casa, gas natural o leña, cloacas, etcétera). De esta forma, adapta las charlas y talleres a las realidades y necesidades detectadas y contribuye al bienestar y salud de la comunidad infantil.
“El programa cambió mi vida en muchas formas, tanto en lo emocional como en lo económico. Desde que empecé a venir aprendí a comer y cocinar sano para mí y mi familia; también, los talleres de violencia de género me ayudaron a superar situaciones personales que estaba viviendo. Hoy me valoro más como mujer y como mamá”, afirmó Miriam, una de las mamás que asiste al centro.
Gracias al desarrollo de este programa, 400 madres en situación de vulnerabilidad recibieron atención, logrando cambiar hábitos alimenticios y nutricionales para impulsar el desarrollo de sus hijos y sentar las bases de un mejor futuro.